Día celebración: 12 de Octubre
Los santos capuchinos no nos dan tregua; no sólo los últimos, los que la Iglesia ha canonizado en estos últimos años, como Pío de Pietrelcina (2002), Bernardo de Corleóne (2001), Ignacio de Santhià (2003), Félix de Nicosia (2005), sino también los primeros, los de los comienzos de la historia capuchina, entre los que se encuentra Serafín de Montegranario, canonizado por Clemente XIII en 1767. Ellos, los santos, nos ayudan a tener esperanza y confianza.
Hablar de san Serafín de Montegranario es como subir sobre las montañas para encontrar refrigerio y aire fresco después de un largo y caluroso verano; y en la confusión y en las múltiples actividades frenéticas que rodean el espíritu de nuestros contemporáneos es como volver a encontrar el “unum necessarium” del Evangelio que nos empuja hacia lo esencial; es como sumergirse en el carisma de la Orden Capuchina que brilla genuino en el testimonio de santidad de este sencillo y sublime Hermano; es como encontrar una historia que parece ya tan lejana en el tiempo y que, sin embargo, nos pertenece y es del todo actual. Esta historia merece ser revisada, conservada en la memoria y meditada con verdadera atención y afecto...
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